Espectacular, grandioso, emocionante, maravilloso... Nos faltan adjetivos para calificar el éxito del musical Èrik, història d'un fracàs en el Paraninfo de la UJI.
Ya lo hemos comentado alguna vez, cuando hay una buena labor docente, los estudiantes alcanzan el Olimpo. Así ha sido. De nuevo hemos vibrado escuchando las voces de nuestros alumnos y su música en directo, viendo sus bailes y sus piruetas. De nuevo nos han emocionado con la historia de ese estudiante desmotivado (ya sé que soy facilona en lo de las lágrimas, pero no he sido la única a la que se le ha puesto la carne de gallina). De nuevo han triunfado.
Èrik es más que un musical. Es una historia de la música pop, es una guía para estudiar instrumentos, es un texto para reflexionar. Es, sobre todo, un proyecto de centro en el que están implicados estudiantes de todos los niveles y de resultados académicos muy distintos. Un ejemplo para todos de un trabajo excelente.
El espectáculo que hemos visto en la UJI es solo una etapa en este maravilloso proyecto. Lo que realmente impresiona es el proceso, el largo camino para llegar hasta aquí. Empezando con las ideas geniales de Elena, Edu y Jordi, el departamento de música más entregado que he conocido nunca. Siguiendo con las innumerables tardes de ensayo de voces, de instrumentos, de baile. Continuando con los preparativos de cada actuación, la colaboración de tantos amigos, el entusiasmo de todos los que participan en esta obra que es ya un modelo que imitan en otras partes. Para llegar al final a unas actuaciones perfectas, como si de profesionales se tratase.
Nuestra enhorabuena a ese equipo y nuestro agradecimiento por contagiarnos su ilusión.
2 comentarios:
Ana, me parece muy, pero que muy oportuno este post que has publicado. Es una manera muy clara y precisa de hacer justicia, de que se sepa, que en Benicàssim hay un grupo de profesores (Edu, Jordi, Elena, tú, Lourdes, Gemma, Jacinta y alguno/a más) que están haciendo una labor que no se puede explicar con palabras. De veras. Y esto es sólo un ejemplo. Pero la cosa continúa. La música aquí no para. La música aquí se vive, y la gente la vive. Como dirían mis alumnos (y perdonand por la expresión): "Es que son los putos amos..."
Un beso.
Fue sinceramente emocionante. Muy buenos, muy profesionales, todos sin excepción. Tú también Ana, partícipe de todos estos maravillosos entuertos. Para llorarrrrr, de felicidad, claroooo!
Os quiero, y a ti Miguel, también, ¡cómo no?
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