Un poco de nata

ἐπάμεροι· τί δέ τις; τί δ᾿ οὔ τις; σκιᾶς ὄναρ ἄνθρωπος.
ἀλλ΄ὄταν αἴγλα διόσδοτος ἔλθημι,
λαμπρὸν φέγγος ἔπεστιν ἀνδρῶν καὶ μείλιχος αἰών.

(Píndaro, Píticas, 8, 95)

Átropo, Cloto y Láquesis que conceden a los mortales, cuando nacen, la posesión del bien y del mal, regulan los destinos humanos simbolizados por una hebra, que una se encarga de hilar, otra de enrollar y la última de cortar. Aunque Hesíodo las hace hijas de la Noche sin intervención de elemento masculino, la mitología tradicional las convierte en hijas de Zeus y de Temis. (¿No escucháis unas voces admirables comentando esta interpretación?). Es curioso que los griegos escogieran simbolismos femeninos para hablar del destino y del futuro.

Así que las vidas hiladas, trenzadas y tejidas se despliegan como velas en el horizonte, navegando, siempre navegando, trazando líquidos senderos. Como estelas en la mar, nuestro camino se traza con la misma rapidez que desaparece: estamos de momento aquí, disfrutando lo que podemos y compartiendo hermosos momentos con los que nos rodean. Lo demás, es sombra de un sueño.

Me encanta esa idea de entender la vida como un viaje por mar, siempre con nuevos puertos por descubrir. Especialmente al felicitar a los amigos que rejuvenecen con el paso del tiempo y cada día están más vitales, más seductores, más interesantes, más guapos y con los ojos más pícaros.

Χρόνια πολλά, φίλε μου!